Nadie Me Perdono

Mujer de aldea – 525894

Telegram Fotograma de la película 'Akelarre'. Somos los que vemos. El cine y la televisión han resultado ser dos armas eficaces para dar la vuelta a la sociedad como si fuera un calcetín. La salsa rosa y la basura que trajeron las cadenas privadas en los años 90 en España convirtieron al espectador en plebe sumisa y a los gobernantes en domadores de circo. Con la tele en sus manos, los de arriba podían moldear a la obediente masa como si fuera plastilina. Y tanto: lo que no sale en la tele queda condenado al no-ser, a la inexistencia. Y lo que dicta el telediario es verbum Dei.

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Después, sí. Al rato, le buscó los ojos. Cuando te vi junto a mi madre Yo adoro a mi madre, Neneta. Dime, dime.

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Él poseía una pequeña propiedad allí alambrada y se dirigía a la aldea próxima. Sin embargo, se llenó de compasión; lo examinó y vio que estaba herido. Cualquier otra persona habría huido. Sin pensar en sí mismo, lo envolvió en su manto viejo y lo cargó en los brazos hasta su casa, no muy ausente.