Cristina Pedroche: No quiero al PP y no me caen bien los que siguen votándole
El negocio de la prostitución se ha disparado con la crisis económica. Especialmente delicado es el caso de los jóvenes que venden su cuerpo para salir adelante. Hay que tener una formación», dice. Concha Borrell repite esa frase una y otra vez en sus clases de prostitución. Sus alumnas son seis chicas que quieren ser prostitutas. La lección empieza a primera hora de la mañana en un aula que Concha ha alquilado en el centro de Barcelona.
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Camina y habla tranquila, no llama la atención. Corrijo: no hace nada por llamar la atención. Pero da gemelo. Las señoras la adoran. Y que te llamen gorda Eres nuestro orgullo».