¿Sus senos te están diciendo algo?
La pequeña Ayesha gritaba cuando vio al hombre con el que se tenía que casar, contó una joven llamada Fatima, que resultó ser su hermana mayor. La policía se marchó sin molestar a nadie, y en ese momento las mujeres hablaban deprisa y en voz baja, porque al parecer el jeque estaba acabando de hablar por teléfono Ayesha vivía en una aldea a dos horas de allí, casada. Me llama todos los días y llora.