Niñas convertidas en esposas

Mujer de aldea – 585893

La pequeña Ayesha gritaba cuando vio al hombre con el que se tenía que casar, contó una joven llamada Fatima, que resultó ser su hermana mayor. La policía se marchó sin molestar a nadie, y en ese momento las mujeres hablaban deprisa y en voz baja, porque al parecer el jeque estaba acabando de hablar por teléfono Ayesha vivía en una aldea a dos horas de allí, casada. Me llama todos los días y llora. Hasta ahora esos esfuerzos han acabado en fracaso. En cualquier caso, su edad concreta es irrelevante, afirmaron; cualquier hombre de hoy que pide en matrimonio a una niña deshonra a la religión.

Facilitar el duelo

Bebedero de la imagen, Sahar Zand Meat pie de foto, Los hijos cuidan, acicalan y limpian los restos de sus seres queridos, a quienes hablan. Sonriendo, Mamak Lisa se levanta, camina hacia el anciano y lo sacude blandamente. Espero que esto no te incomode o te enoje, le dice ella. Luego me invita a conocer a Paulo Cirinda. Miro hacia la yacija. Lo observo mientras sus nietos corren juguetones en el cuarto y eso me devuelve a la realidad. Para los extranjeros, la idea de albergar el cuerpo de un muerto abocado en una casa parece algo totalmente extraño.