Fin de semana con Romería en Andújar y carrera en Extremadura

Lector indulgente: No quiero perder la buena costumbre de empezar mis novelas hablando contigo breves palabras. Si bien La Tribuna es en el fondo un estudio de costumbres locales, el andar injeridos en su trama sucesos políticos tan recientes como la Revolución de Setiembre deme impulsó a situarla en lugares que pertenecen a aquella geografía moral de que habla el autor de las Escenas montañesasy que todo novelista, chico o grande, tiene el indiscutible derecho de forjarse para su uso particular. Tal fue el procedimiento que empleé en La Tribunay lo considero suficiente—si el ingenio me ayudase—para alcanzar la verosimilitud artística, el vigor analítico que infunde vida a una obra. Pero así como niego la intención satírica, no sé encubrir que en este libro, casi a pesar mío, entra un propósito que puede llamarse docente. Porque no necesité agrupar sucesos, ni violentar sus consecuencias, ni desviarme de la realidad concreta y positiva, para tropezar con pruebas de que es absurdo el que un pueblo cifre sus esperanzas de redención y ventura en formas de gobierno que desconoce, y a las cuales por lo mismo atribuye prodigiosas virtudes y maravillosos efectos. Y vamos a otra cosa. Tal vez no falte quien me acuse de haber pintado al pueblo con crudeza naturalista. Lícito es callar, pero no fingir. Sin adolecer de optimista, puedo afirmar que la parte del pueblo que vi de cerca cuando tracé estos estudios, me sorprendió gratamente con las cualidades y virtudes que, a manera de agrestes renuevos de inculta planta, brotaban de él ante mis ojos.

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Esa chica tan bonita, que camina por ahí, con su camperita a cuadros, y su pantalón de jeans. Físico despampanante, y su mirada de actriz, aunque ella no es estrella, siempre brilla para mí. Que se juegue el macho, que se juegue el macho, con la rubia, que se juegue el macho, con esa rubia, que se juegue el macho, de ojitos celestes, que se juegue el macho, con esa flaquita, que se juegue el macho, con la morenita, que se juegue el macho, bujarrón, que se juegue el macho, bujarrón, que se juegue el macho, que se juegue el macho. En el baile mis amigos, me tienen por dormilón, por que cuando ella lega, para otro lado me voy. Empero es que estoy atontado, por analógico minón, nunca tuve nada de esto, aunque soy un picaflor. Que se juegue el macho, que se juegue el macho, con la rubia, que se juegue el macho, con la morena, que se juegue el burdégano, con esa flaquita, que se juegue el macho, con la morenita, que se juegue el machi, con alguien, que se juegue el macho, bujarrón, que se juegue el macho, bujarrón, que se juegue el macho, que se juegue el macho. Añadir Giro. El macho Damian Cordoba.

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Y nosotros que la íbamos a encarecer como todos los años con nuestra familia y nuestros amigos. Nos lo pasamos genial, como siempre, con nuestra Virgen de la Cabeza. Esta tiempo la carrera era en Villanueva de la Serena, provincia de Badajoz. La carrera era a las cinco de la tarde. El hotel «Trajano», adonde nos alojamos tiene su historia. Me costó reservar porque no cogían el teléfono y en Booking. Al absolute lo conseguí. Luego descubrí por qué no lo cogían. Muy bien el hotel, habitación amplia, cómoda, restaurante bastante aconsejable.

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Ilustraciones: LosNaked para Sentiido. Esta historia empieza el 19 de octubre de Adjunta, venía una columna sobre… Ver: Me siento fea. Mejor dejemos que aquatic Ivis quien nos cuente esta parte de la historia. Me dan como desde los 13 o 14 abriles.

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