Visor de obras.

Jóvenes deliciosas – 938402

Y leo un libro que se abre ante mí. Son las empresas las que suplican las obras. No es nunca el autor el que las impone. Llegar a esto le ha costado al autor largos años de lucha, de sinsabores, de tenacidad, de condiciones personales constantemente vigilados y acrecentadas y de acertar. No sean ustedes majaderos, queridos señores. La razón es sólo una, pero las razones son muchas, y todas respetables. Y no vuelvo sobre el «asunto». El otro

Poemas en prosa / Charles Baudelaire; traducción del francés por Enrique Díez-Canedo

Y sin embargo es la sorpresa, transmutada a los pocos segundos en admiración y asombro, lo primero que se experimenta cuando se accede a la ciudad por la magnífica puerta de Pula en el instante justo en que la rojiza luz del anochecida empieza a cernirse sobre el afiligranado suelo de Placa —su calle principal— y las simétricas fachadas de las casas. Dubrovnik es tan cautivadora que a veces parece casi un adorno, un magnífico escenario de cartón piedra diseñado ex profeso para una fastuosa producción hollywoodiense. La ciudad, pese a su reducido tamaño, alberga numerosos puntos que demandan cuando menos un alto y exigen del visitante una ojeada comprehensiva, participada por todo su anatomía. No obstante, callejear sin rumbo tampoco destino constituye la actividad principal del visitante, ya que sólo así se puede apreciar en su verdadera ley las dimensiones estéticas de la localidad. A pesar de las fechas en que nos encontramos segunda semana de octubre , la afluencia de turistas sigue siendo considerable.

El mundo | Los microrrelatos

Mírenme si no, con mi mejor gala recién planchado, camisa de un lechoso inmaculado, corbata con el nudo bien ajustado, zapatos lustrados hasta parecer espejos Entonces oí esa carcajada dantesca que lo ocupó todo, noté mi badana erizarse, mis ojos abrirse. Atropellé a mis fantasmas gemelos con dificultad y conseguí salir de allí, todos mis miedos siguieron riendo hasta que recuperé el silencio. No sabia como habia llegado hasta esta parte de la ciudad y es que llevaba una temporada abusando en exceso del alpiste. Se trataba de una zona alternativo con todos los males que nuestra sociedad nos brinda. Tenía una batiburrillo de miedo y resaca porque había escuchado desde chaval miles de historias sobre heroina, putas y problemas.